viernes, 22 de julio de 2011

El amor de Dios

El amor de Dios por nosotros, por Su enemistada creación, está representa do gráfica mente en el sacrificio que Él hizo por nosotros. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13).

Jesucristo es el único y eterno Hijo de Dios. Es el Alfa y el Omega, el Gran YO SOY, el "Dios Todopoderoso" por el cual fueron creadas todas las cosas y en él todas las cosas subsisten. Jesús, quien es la cabeza de todas las cosas, se humilló a sí mismo de tal manera, que la mente humana ni siquiera puede soportar el pensar en ello. 


El vino a este mundo maldito por el pecado y compartió activamente nuestros sufrimientos. Tal como somos hechos de carne y sangre, así participó Él de lo mismo. Fue hecho carne y habitó entre nosotros. 

Compartió los sufrimientos que acarreamos sobre nosotros mismos al rechazar Sus santos preceptos. Y como si eso no fuera suficiente para convencernos de Su amor y preocupación por nosotros, Jesús, el Dios inmortal y Dador de la Vida, se dio a sí mismo en la cruz ¡en el mayor acto de amor que el mundo ha conocido jamás! Al hacer esto nos libró de nuestros pecados, eficazmente clavándolos consigo mismo en la cruz. 

De esta manera, Él, que no conoció pecado, se hizo pecado por nosotros y Él, quien dio vida a todos, gustó la muerte por aquellos condenados a morir.

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